Nuevo artículo científico de Harmusch: la especialización alimenticia del ratel en el Sáhara Atlántico.

Las investigaciones saharianas requieren un gran esfuerzo, tanto en términos logísticos como de tiempo, pero son tremendamente necesarias debido al lamentable estado de conservación de la fauna en aquellos remotos parajes. En 2011 Harmusch abrió dos líneas de investigación científica paralelas sobre la fauna del Sáhara: ecología y conservación de los ungulados silvestres y de los carnívoros. Nuestro trabajo por fin está empezando a ofrecer resultados interesantes y tangibles, como es el caso artículo sobre la ecología alimenticia del ratel norteafricano (Mellivora capensis leuconota), publicado recientemente en un número especial la revista Diversity dedicado a los depredadores y sus presas. En el estudio, titulado “Feeding specialization of honey badgers in the sahara desert: a trial of life in a hard environment”, han colaborado investigadores de la Estación Biológica de Doñana, de la Universidad Rey Juan Carlos y del Instituto Científico de Rabat.

Dos ejemplares de ratel captados por las cámaras de Harmusch en los Montes Aydar, Sáhara Atlántico.

El Sáhara Atlántico mantiene una interesante población marginal de este gran mustélido que, a pesar de los mapas disponibles, probablemente se encuentra escindida del resto de las poblaciones africanas y asiáticas de la especie. En el desierto todas las especies de seres vivos están sometidas a unas durísimas condiciones ambientales, sobre todo por el déficit hídrico y por las elevadas temperaturas, así que deben adaptar sus características fisiológicas y/o etológicas para sobrevivir en escenarios tan extremos. En el caso del ratel, su respuesta más evidente ha sido de tipo comportamental. Nuestra investigación ha demostrado que, aparte de ser mayoritariamente nocturnos (aspecto que podemos estudiar gracias al foto-trampeo), los rateles se han especializado en el Sáhara Atlántico en la captura de los enormes lagartos de cola espinosa (Uromastyx nigriventris y U. dispar).

Lagarto cola espinosa o dob en su hábitat de los  Montes Aydar, Sáhara Atlántico (por Jesús Rodríguez Osorio).

Este reptil es abundante en las zonas rocosas del desierto y, además, representa un aporte de biomasa proteínica y de humedad muy importante (llegan a pesar 600 gr). Eso sí, su captura no está al alcance de cualquier depredador, porque los “dobs” (nombre local) son diurnos y de noche se refugian en galerías excavadas por ellos mismos. Pero nuestro bravo protagonista está dotado herramientas anatómicas especialmente adaptadas para excavar. En particular, posee unas garras con uñas poderosas con las que accede a la cámara donde se refugian los dobs. Este reptil representa algo más del 70% de la dieta del ratel en el Sáhara Atlántico y, por otro lado, es un recurso que apenas comparte con los otros carnívoros con los que coexiste, como lobos dorados norteafricanos (Canis anthus) , zorros rojos (Vulpes vulpes) o gatos monteses (Felis lybica). Se trata, en definitiva, de un interesante ejemplo de segregación de nicho trófico, que permite reducir la competencia y que facilita la coexistencia de varias especies de carnívoros en un medio tan duro como el Desierto del Sáhara.

Como siempre, agradecemos  el apoyo del Aut Commissariat aux Eaux Et Forêts et à La Lutte Contre la Désertification de Marruecos; y de Bujarkay por los magníficos 4×4 que nos permiten desarrollar nuestros trabajos.  El artículo completo puede descargarse libremente en el siguiente enlace: https://www.mdpi.com/1424-2818/12/2/59